10 septiembre 2014
Eva
Hasta Eva que andaba desnuda vestía su propia armadura oxidada... una hoja de parra.
Una Eva que aun naciendo mil veces escogería siempre volver a comerse la manzana.
Una Eva tan osada que se comería la manzana a bocados delante de la mismísima persona que se la hubiera prohibido.
Una Eva que aun sin Adán y sin paraíso, seguirá siendo Eva.
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