No te acerques... soy veneno, soy la incansable
ametralladora que dejará tu alma llena de agujeros... soy la que te regalará tan solo el cuerpo, la que te incendiará de deseo, la que no esperara al sol en
tu cama, la que te dejará abandonado sobre las sabanas... no pagaré ni una
cuenta, llegaré tarde, seré el verdugo sin conciencia, te llenaré el corazón de
pienso y creerás que te alimenta... dirás que no me quieres tan solo porque yo
no te quiero...vivirás la intensidad de mi mano, te llenaré la alcoba de
estrellas y sueños, revolveré tu casa y creerás que me quedo porque abriré la
nevera para prepararme un café... tan solo lo haré para mantenerme despierta,
para no soñar...seré el espacio vacío de tu estantería sin trofeo... no te acerques porque no me quedaré... y tu.. tu te acercas.
Ven... acércate... soy la miel que endulzará todas tus
mañanas, la piel azucarada para tu lengua, seré el albañil que repara los
agujeros de tu alma... te regalaré el alma envuelta en mi cuerpo... esperaré a
que entre el sol por la ventana y me acunaré un rato mas en tus brazos para
revolver las sabanas una vez mas... te llenaré el corazón de pan y agua... abriré la ventana para que salgas a volar, al volver la ventana seguirá abierta
y tendrás un café sobre la mesa...
Acércate... y llenaré tus días de vida...seré el
trofeo de tu estantería... y tu... tu no te acercas.
La misma mujer, el mismo barco.
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