24 agosto 2014
No puedo, no quiero serlo.
No me inventes cualidades ni virtudes que no soy diferente a las miles que mueren ni a las que nacen a diario.
No me cargues con la responsabilidad de una mirada encantadora, no me incluyas en tus sueños de mujer perfecta. No puedo, no quiero serlo.
Mis caderas no tienen el ritmo de tus deseos ni mis labios saben a tiempo. No tengo dulzura con la que se condena a las damas ni un perfume inolvidable en mi pelo. No puedo. No quiero serlo.
Que te sea indiferente si mi voz canta o grazna, no soy canto, soy palabra. Realidad, defecto y caos, así puedes nombrarme, no permito que me pretendas celestial. No puedo. No quiero serlo.
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