Me he acostumbrado a este echarte de menos, a este no
acabar de tenerte nunca...tus idas y regresos empiezan a ser previsibles,
empiezo a saber volar en este vaivén y a dejar que vuelvas pensando que nada ha
cambiado... como el ave que vuelve a su nido...
Creo que empiezo a entenderlo
todo cada vez mas...quizás empiezo a entenderlo porque tal vez te quiero un
poco menos y la disminución de la dosis de mi propio amor reduce a su vez el
egoísmo y el sentimiento de posesión y propiedad... dejando tan solo un amor
limpio y simplificado.
Quizás te quiero menos de lo que creía y mas de lo que
pensaba... sin duda...todo sigue igual, pero algo en mi y en este sentimiento ha
cambiado... ahora ya no te necesito, tan solo te quiero y eso hace que muchas
cosas dejen de importar...
Tal vez todo se resuma a que incluso los amores mas fuertes
y arraigados tienen la fragilidad de una pluma... la misma pluma que pierdes al
emprender el vuelo... regresas sí... pero cada vez tu plumaje, el que abriga mi
alma, es menos frondoso...y sigo aquí… Sí...eso lo sabes, pero tal vez cuando tus alas
quieran envolverme del todo.... no puedan... simplemente porque ya en su
escasez... ya no abriguen.
Ahora.... todo es distinto... por eso ya no tengo
prisa...porque ahora ya no te necesito... solo te quiero.
Y todo...incluso este quererte tanto... aunque no lo
creas... también tiene la fragilidad de una pluma.
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