Y aún sale el sol por Antequera...
Tengo una botella de moscatel que convertí en porta-velas,
Un montón de fotos colgadas en la pared que me
recuerdan quien soy cuando lo olvido,
Algún amigo que incansable aún se acuerda de llamar...
Un coche que me lleva al fin del mundo, mi carreta sideral.
Un par de altavoces que aún gritan cuando yo estoy
afónica
Una ventana a la que asomarme...
Aún sale el sol por Antequera aunque tú no estés en
esta absurda puesta de sol.
Tengo un montón de letras desordenadas que se apoderan
de mis dedos,
Tengo un trapecio destartalado,
Una cama demasiado grande y un corazón entre las
sabanas,
Un mechero en la cocina que nunca enciende,
Un disco rayado de sabina,
Un rayito de esperanza en mi almohada,
Porque siempre sale el sol por Antequera.
Tengo una tiza con la que hago apuntes en la pizarra
de la vida,
Y un pupitre donde nunca estoy sentada,
Tengo un “no he hecho los deberes”,
Un “ya aprendí una lección”,
Un “aún no se nada...”
Tengo una caja llena de cartas amarillentas,
Tengo un bote de jarabe de palo para el alma,
Tengo un cajón que no cierra y una gramola pequeña que
canta.
Tengo tolerancia adquirida para el dolor y ganas de
levantarme cuando me caigo,
Un botiquín lleno de tiritas que siempre regalo.
Un hámster que corre la maratón nocturna en mi cocina,
Un reloj parado a las 11.59 y un despertador de
legañas que nunca funciona,
Una guitarra que nunca aprendí a tocar,
Las dos caras de la moneda y una espinita clavada en
el corazón.
Tengo un “siempre llego tarde” aunque siempre llegue a
tiempo,
Una regaliz y un donuts de chocolate que engullir,
Un par de monedas para una cerveza...
Tengo una canción de Kiko Veneno que te echa de
menos...pero ya sabéis,
Siempre sale el
sol por Antequera.
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